Truco de belleza con arcilla blanca para una piel sin impurezas

La arcilla blanca, también conocida como “caolín”, es un producto natural que se utiliza para preparar un sinfín de remedios caseros para tener una piel perfecta.

¿El motivo? Que puede presumir de contar con numerosas propiedades, ya que es desintoxicante, antiinflamatoria, antibacteriana, astringente y cicatrizante.

Todas estas características han convertido a la arcilla blanca en el producto ideal para presumir de un cutis sin manchas, sin impurezas, sin toxinas y con una gran luminosidad. En resumen: una piel perfecta. ¡Utilízala para preparar esta mascarilla casera!

Ingredientes

2 cucharadas de arcilla blanca

Unas gotitas de aceite esencial de árbol de té

Agua de rosas

Pasos a seguir
1- Vierte la arcilla blanca en el interior de un bol.

2- Añádele el agua de rosas poco a poco mientras remueves ambos ingredientes con el fin de elaborar una especie de mascarilla de una textura que no sea ni demasiado espesa ni excesivamente líquida. Si te pasas de agua, puedes verter un poco más de arcilla.


3- Cuando esté lista, dale el toque final añadiendo tres o cuatro gotas de aceite de árbol de té y remueve de nuevo.

4- Para tener una piel perfecta gracias a esta mascarilla natural, será vital que, antes de utilizarla, laves muy bien tu rostro y tu cuello con los productos que utilices de forma habitual.

5- Una vez limpios, extiende el compuesto sobre la cara y el cuello evitando cubrir el contorno de los ojos y de los labios, ambos muy sensibles y delicados.

6- Cuando veas que la mascarilla se ha secado (tarda unos 20 minutos), podrás retirarla aclarándola con abundante agua templada.

7- Pon en práctica este truco de belleza casero una vez a la semana y enseguida notarás los resultados.

8- La arcilla blanca te permitirá tener una piel perfecta sea cual sea tu tipo de cutis, mientras que el agua de rosas resulta ideal para tonificar la piel, eliminar las rojeces y limpiar y purificar el rostro. El aceite de árbol de te, por su parte, te ayudará a combatir el acné y a conseguir que las heridas o las marcas de granitos cicatricen rápidamente.